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Premio Sisifo al Progetto Faragola

Pubblico il testo integrale del mio intervento (che ho però dovuto ampiamente sintetizzare) in occasione della cerimonia di assegnazione del Premio Sisifo al Progetto Faragola (Cordoba 20 novembre 2017, Universitdad de Cordoba). 

         Buenas noches.

A pesar de la tristeza por lo sucedido y todo lo que llevamos vivido desde entonces, representa un enorme placer para mí estar hoy en Córdoba para recibir un premio tan prestigioso, que nos llena de orgullo y nos emociona profundamente. Muchas gracias al amigo y colega Desiderio Vaquerizo, a Arqueología somos todos y a los Amigos de la Arqueología cordobesa, a la Universidad de Córdoba, a los componentes del jurado y a todos los organizadores de este acto, por la extraordinaria demostración de solidaridad científica y humana que han tenido la gentileza de reservarnos; a nosotros, a nuestro equipo y, por supuesto, al proyecto Faragola. 

         En el transcurso de quince años de excavaciones, restauraciones, estudios y publicaciones, de proyectar y montar la visita y todo lo necesario para la puesta en valor del yacimiento, hemos querido siempre ligar estrechamente la investigación y la formación a la tutela y la valorización del que consideramos un importante patrimonio arqueológico e histórico. Deben tener en cuenta que nuestra labor no se ha centrado sólo en Faragola, sino que ha tenido en cuenta desde el primer momento el territorio completo del Valle del Carapelle, en el que hemos podido individualizar un gran número de yacimientos de muy diversa naturaleza y cronología, desde la prehistoria a la edad moderna, en el marco de un proyecto sistemático que desarrollamos desde hace más de veinte años en la antigua Daunia. En torno a Faragola se ha formado una amplia y fecunda generación de jóvenes arqueólogos, de nuestra Universidad y de otras muchas Universidades italianas y extranjeras: la “generación” Faragola, como gráficamente se definen ellos mismos.  

         Además de investigar, formar y publicar -uno de nuestros más recientes trabajos ha visto la luz precisamente en la prestigiosa revista Anales de Arqueología Cordobesa, que publica esta Universidad-, hemos considerado siempre un deber ético comunicar los resultados de nuestros estudios a las comunidades locales, y a todas las personas interesadas. A tal fin hemos dado vida a un Ecomuseo basado sobre la participación de la sociedad, que ha previsto incluso la realización de un mapa de comunidad en el que los mismos ciudadanos han individualizado los elementos más significativos del patrimonio cultural de su territorio, entre los cuales Faragola. Finalmente, hemos logrado hasta la fecha una financiación global de alrededor de tres millones de euros en tres partidas sucesivas; la primera de ellos de la misma Universidad de Foggia entre 2008 y 2009, y las otras dos, a partir de 2010, de la Soprintendenza.  

         Gracias a ello estábamos realizando un área arqueológica perfectamente diseñada y casi modélica, con coberturas proyectadas para proteger las estructuras antiguas, pero también para facilitar la comprensión del monumento, dando idea de los espacios, de los volúmenes, de las luces. Estábamos proyectando incluso un innovador sistema de productos multimedia y de visita virtual e inmersiva en la historia del sitio y en la documentación de nuestras excavaciones. Habíamos realizado además varios documentales y producido algunos videos, disponibles en youtube; dado vida a animaciones y reconstruciones de momentos diversos de la vida tardoantigua, como la recreación de un banquete inspirada en los Saturnalia de Macrobio. Y puesto que el vino era un componente esencial del convivium aristocrático antiguo, habíamos negociado con una bodega local la producción de un vino especial, por calidad y personalidad, denominado Stibadium. Un pequeño libro ilustrativo de la vida en la Tardoantigüedad acompaña a cada botella del mismo que se vende, vehiculando también de este modo el conocimiento de Faragola y estimulando la visita al conjunto. Finalmente, tampoco olvidamos a los niños, para los cuales hemos creado una guía específica, además de diseñar diversos talleres y juegos.

         Todo este conjunto de logros y de actividades quedó transformado en humo la noche del 6 al 7 del pasado mes de septiembre a causa de un dramático incendio, cuyas causas no han sido todavía aclaradas por los carabinieri y la magistratura. Pueden imaginar el dolor que hemos experimentado todos: arqueólogos, restauradores, estudiantes y funcionarios de la Soprintendenza. Dolor, rabia, desconsuelo; todo un repertorio de sentimientos, que nos ha dejado reducidos también a nosotros a escombros. Pero superado el primer momento de derrota y desesperanza, sin perder nunca de vista lo ocurrido, hemos decidido, necesitábamos imperiosamente, reaccionar, y el mismo día después del desastre nos pusimos en marcha para recuperar lo que queda del yacimiento y devolverlo a la vida. Hay que construir una cubierta de obra para poder abordar los trabajos de restauración, que serán muy largos y complejos, pero que confiamos en que puedan salvar mucho de lo que ha sido dañado. El Ministerio per i Beni Culturali ha asignado inmediatamente quinientos mil euros en concepto de emergencia, y la Región Puglia ha confirmado la aportación de otro millón que en realidad ya había sido asignado para terminar las últimas obras, destruidas por el incendio.

Harán falta muchos más recursos para reconstruir todo y hacer de nuevo el yacimiento visitable, pero confiamos en conseguirlo. En este sentido, tenemos especial interés en que los trabajos de restauración se hagan de forma pública y abierta. No queremos un cartel de “cerrado por obras” sobre la puerta, sino, por el contrario, otro de “abierto por trabajos”. Creemos necesario organizar nuevas iniciativas al respecto y que el sitio sea un lugar vivo, a fin de que la comunidad local no olvide lo sucedido, ni tampoco lo que representa el gran yacimiento Faragola.

         Hace poco, la Fundación Apulia Felix, que presido, conformada por empresarios, profesionales de los más diversos ámbitos y ciudadanos especialmente interesados por los temas culturales y sociales, ha puesto en marcha una recogida de fondos a favor de Faragola a través de la plataforma de crowdfunfing Meridonare. Con ella pretendemos sobre todo favorecer la sensibilización de la gente y hacer sentir a todos protagonistas de este renacimiento. Hasta ahora hemos recaudado quince mil euros de unos ciento veinte mecenas. Obviamente, tales recursos no bastan para afrontar los altos costes de los trabajos, pero sí son útiles para otras muchas iniciativas, como la organización de una pequeña exposición sobre el conjunto a un mes del incendio, o la elaboración de nuevos productos multimediales. Querríamos también confiar a un artista contemporáneo que elabore una obra de arte con las láminas de la cubierta destruida, en memoria de lo ocurrido. De hecho, hemos contactado ya con Edoardo Tressoldi, joven autor de la impactante recreación en alambre de la iglesia paleocristiana de Siponto, en Manfredonia.    

         Queremos que del incendio y la destrucción de Faragola surja una intensa y sin precedentes participación social desde abajo, una reacción coral capaz de devolver la vida al yacimiento. Puesto que el patrimonio cultural no es propiedad de los arqueólogos, de los arquitectos, de los historiadores del arte, de los profesores ni de los funcionarios, sino de todos los ciudadanos, esta herida y este dolor deben también ser sentidos por todos en carne propia como una ofensa y una amenaza, cada uno en su propio contexto, con sus respectivas responsabilidades  y conforme a su nivel de sensibilidad. A la destrucción del patrimonio debemos responder con las armas de la cultura, de la participación, de la democracia y de la legalidad.

         Tanto María Turchiano, que co-dirige conmigo la excavación de la villa de Faragola, como yo lo sentimos como un deber, particularmente en relación a la antes citada “generación Faragola”, integrada por nuestros colaboradores, pero también de la más general “comunidad de patrimonio”, en la que, sin duda, se integran desde hoy nuestros amigos de Córdoba; ustedes, que han querido concedernos este estimulante reconocimiento junto a sus de verdad impagables estima y afecto. Muchas gracias.  


Versione italiana:

Buona sera

 

È un enorme piacere e un grande onore per me essere qui a Cordoba per ricevere questo premio prestigioso. Siamo grati all’amico e collega Desiderio Vaquerizo, a Arquelogìa somos todos e agli Amici dell’Archeologìa Cordobesa, all’Universiad de Cordoba, a tutti i componenti della giuria e agli organizzatori di questa manifestazione per la straordinaria dimostrazione di solidarietà scientifica e umana che hanno voluto riservare a noi, alla nostra equipe e al progetto Faragola.

Nel corso di quasi 15 anni di scavi, di restauri, di studi e di pubblicazioni, di progettazione e realizzazione delle strutture per la visita e la fruizione del sito abbiamo sempre voluto legare strettamente la ricerca e la formazione alla tutela e alla valorizzazione di un importante patrimonio archeologico e storico. La nostra ricerca peraltro non ha riguardato solo il sito di Faragola ma l’intero territorio della Valle del Carapelle, nel quale abbiamo individuato molte decine di altri siti archeologici di varia natura e cronologia, dalla preistoria all’età moderna, nell’ambito di un progetto di ricerche sistematiche che si sviluppa da oltre un ventennio in tutta la Daunia. Sul cantiere di Faragola si è formata un’intera generazione di giovani archeologi della nostra Università e di molte altre università italiane e straniere: la ‘generazione Faragola’ come gli stessi studenti che hanno vissuto questa stagione hanno deciso di autodefinirsi.

Non abbiamo però voluto solo fare ricerca e formazione e pubblicare contributi scientifici (uno dei quali recentemente proprio nella prestigiosa rivista Anales de Archeologia Cordobesa, che pubblica questa Università) ma abbiamo sempre ritenuto un dovere etico comunicare i risultati dei nostri studi alla comunità locale e a tutte le persone interessate, abbiamo dato vita ad un Ecomuseo, basato sulla partecipazione del cittadini, che ha previsto anche la realizzazione di una mappa di comunità nella quale gli stessi cittadini hanno individuato gli elementi più significativi del patrimonio culturale del territorio, e, tra questi, Faragola. Ci siamo infine impegnati a cercare le risorse finanziarie (complessivamente circa 3 milioni di euro, in tre lotti successivi, il primo dei quali curato direttamente dall’Università di Foggia tra il 2008 e il 2009, mentre i due successivi dal 2010 ad oggi sono stati seguiti dalla Soprintendenza). Così stavamo realizzando un’area archeologica attrezzato, con coperture progettate per proteggere le strutture antiche ma anche per facilitare la comprensione del monumento, con la percezione degli spazi, dei volumi, delle luci. Stavamo progettando anche un innovativo sistema di prodotti multimediali e di visita virtuale e immersiva nella storia del sito e nella documentazione dei nostri scavi. Inoltre abbiamo realizzato vari documentari e video disponibili su youtube. Abbiamo anche dato vita a animazioni e a ricostruzioni di momenti di vita nella villa tardoantica, come la ricostruzione di un banchetto tardoantico ispirata ai Saturnalia di Macrobio. E poiché il vino era una componente essenziale del banchetto aristocratico antico, abbiamo anche sollecitato la produzione di un vino di gran pregio al quale è stato dato il nome ‘Stibadium’; un libricino illustrativo della villa tardoantica accompagna ogni bottiglia, veicolando anche in questo modo la conoscenza di Faragola e stimolando la visita del sito. Non abbiamo, infine, dimenticato i bambini, per i quali è stata predisposta una specifica guida oltre all’organizzazione di laboratori e giochi.

Tutto questo insieme di attività e di realizzazioni è quasi completamente andato in fumo nella notte tra il 6 e il 7 settembre scorsi, a causa di un drammatico incendio, le cui cause non sono ancora state accertate dai carabinieri e dalla magistratura. Potete immaginare il dolore provato da tutti noi, archeologi, restauratori, studenti, funzionari della soprintendenza. Dolore, rabbia, sconforto. Sono stati tanti i sentimenti provati.

Ma superato il primo momento di smarrimento abbiamo voluto reagire, innanzitutto tenendo viva e alimentando l’attenzione su questo triste episodio e sul sito.

A cominciare dal giorno successivo è partita l’azione di bonifica e di messa in sicurezza. Si sta per realizzare una copertura di cantiere necessaria per i lavori di restauro che saranno molto lunghi e complessi ma che speriamo possano consentire di recuperare molto di quanto è stato danneggiato. Il Ministero dei Beni Culturali ha immediatamente stanziato 500.000 euro per l’emergenza e la Regione Puglia ha confermato il finanziamento di oltre 1 milione che era già stato assegnato per realizzare le ultime opere, distrutte dall’incendio. Serviranno altre risorse per ricostruire tutto e rendere visitabile il sito ma siamo fiduciosi di riuscirvi.

Ma vorremmo soprattutto organizzare un cantiere di restauro aperto. Non ci sarà il cartello ‘chiuso per lavori’ sul cancello ma un o con la scritta ‘aperto per lavori’. Riteniamo infatti necessario organizzare iniziative e far vivere il sito, anche nelle lunghe fasi di cantiere di restauro e ricostruzione anche per evitare che la comunità locale ne perda la memoria.

È stata lanciata da poco una raccolta fondi a favore di Faragola dalla Fondazione Apulia felix, presieduta da chi parla e composta da imprenditori, professionisti, cittadini attenti ai temi culturali e sociali e anche con la piattaforma di crowdfunding Meridonare.

È questa un’iniziativa tesa soprattutto a favorire la sensibilizzazione e a far sentire tutti protagonisti di questa rinascita. Finora abbiamo raccolto oltre 15.000 euro con oltre 120 donatori. Queste risorse non sono ovviamente sufficienti per affrontare gli alti costi dei lavori ma sono utili per tante iniziative, come l’organizzazione di una piccola mostra sul cantiere ad un mese dall’incendio e la realizzazione di altri prodotti di comunicazione. Vorremmo anche affidare ad un artista la realizzazione di un’opera d’arte contemporanea con le lamiere della copertura distrutta, a memoria del rogo. Abbiamo già acquisto la disponibilità di Edoardo Tressoldi, giovane artista autore della bella realizzazione di una struttura in rete metallica sulla chiesa paleocristiana di Siponto.

Dall’incendio di Faragola riteniamo che possa e debba prendere le mosse una forte partecipazione dal basso, una reazione corale. Se il patrimonio culturale non è proprietà degli archeologi, degli architetti, degli storici dell’arte, dei professori o dei funzionari, ma è di tutti i cittadini, anche questa ferita e questo dolore devono essere sentiti da tutti come un’offesa e una minaccia, ciascuno con i propri ruoli, le proprie responsabilità, le proprie sensibilità. Alla distruzione del patrimonio dobbiamo reagire con le armi della cultura, della partecipazione, della democrazia e della legalità.

Io e Maria Turchiamo, condirettrice dello scavo, lo sentiamo come un dovere in particolare nei confronti di quella ‘generazione Faragola’ costituita dai nostri allievi e collaboratori, ma anche di quella più generale ‘comunità di patrimonio’ della quale crediamo facciano parte anche gli amici di Cordoba che hanno voluto donarci questo riconoscimento insieme alla loro stima e loro affetto. Grazie.

 




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